Alfred Molina, el reconocido actor nominado a los premios Tony y BAFTA, famoso por su memorable interpretación como Doctor Octopus en «Spider-Man 2» de Sam Raimi, compartió recientemente en una entrevista con Vanity Fair una conmovedora historia sobre la difícil relación que mantuvo con su padre y cómo su elección de seguir una carrera actoral desde una edad temprana decepcionó profundamente a su progenitor, dejando una marca que perdura hasta el día de hoy.
Molina reveló que, en sus inicios antes de alcanzar el éxito como actor, rechazó una oportunidad para seguir una carrera más convencional que prometía un salario más alto. En aquel entonces, mientras trabajaba como mesero en el restaurante donde su padre también laboraba, le ofrecieron la posibilidad de ascender a un puesto mejor remunerado.
«Cuando era muy joven, mi padre consiguió que trabajara como mesero en el restaurante donde él estaba empleado. Si debo decirlo yo mismo, era un buen mesero, tanto que la gerencia me ofreció la oportunidad de hacer un curso de gestión de dos semanas», compartió el actor británico.
El sueldo que Alfred hubiera obtenido habría sido más elevado que el que ya estaba recibiendo hasta entonces. Sin embargo, a sus 70 años de edad en la actualidad, decidió seguir su pasión por la actuación, una elección que provocó una profunda incomprensión y desaprobación por parte de su padre, quien en aquel momento no consideraba el arte de actuar como una verdadera profesión.
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