Desde el inicio de esta semana, las plataformas de redes sociales han estado en movimiento debido a la difusión de videos que muestran la apariencia del río Nilo en Egipto al amanecer.
La coloración rojiza de las aguas en la principal fuente de agua de la región evocó comparaciones con un evento bíblico, específicamente el relato de las plagas que afectaron a Egipto al transformar las aguas del río en sangre. Este incidente está vinculado al libro del Éxodo, capítulo 7, versículo 21, donde se narra que Moisés golpeó el río Nilo con su bastón, provocando que sus aguas adquirieran un tono semejante a la sangre, dando inicio a la primera plaga en la historia de Egipto. Como consecuencia, los peces murieron y el agua se volvió no potable para los egipcios.
A pesar de las connotaciones bíblicas, los científicos explicaron que el fenómeno del río Nilo en tono rojo se debe a una proliferación de algas rojas, que se manifiesta en ciertas condiciones y otorga un color semejante a la sangre al agua.
Estas microscópicas algas contienen toxinas y pueden acumularse en mariscos, resultando en envenenamiento para los animales que los consumen. Además, liberan vapores que, al dispersarse en el aire, pueden ocasionar problemas respiratorios. Las plantas y cultivos que rodean al río Nilo enrojecido son indicadores de posibles sequías o inconvenientes en la vegetación.
Es importante destacar que el río Nilo, reconocido como uno de los afluentes más prominentes y extensos del mundo, es el segundo río más largo a nivel global. Con una anchura de 2.8 kilómetros y una longitud de 6,853 kilómetros, sus aguas atraviesan 11 países, aunque es más conocido por su paso por Egipto. Este río también fluye por Burundi, Congo-Kinshasa, Egipto, Eritrea, Etiopía, Kenia, Ruanda, Sudán, Tanzania y Uganda.
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