
Recientemente, se reveló que Payne dejó una fortuna millonaria sin testamento. Esto implica que será la justicia británica la encargada de determinar cómo se distribuirá su patrimonio entre sus herederos legales. La ausencia de un testamento podría generar disputas entre los posibles beneficiarios y prolongar el proceso de sucesión.
La noticia ha generado conmoción entre sus seguidores y ha reavivado el debate sobre la importancia de planificar legalmente la herencia, especialmente entre figuras públicas con patrimonios significativos.

