
La residencia, ubicada en la exclusiva zona de Ciutat Diagonal en Esplugues de Llobregat, está valorada en 14 millones de euros. Tras su separación, acordaron venderla, pero las diferencias en el precio han frenado el proceso. Piqué propuso reducir el valor a 7 millones de euros, algo que Shakira rechazó, lo que ha retrasado la venta.
Ambos aún utilizan la casa cuando están en España, aunque con restricciones, especialmente impuestas por Shakira. Según reportes locales, la cantante ha exigido cambios cada vez que visita, como la renovación total de sábanas, cojines y utensilios que hayan sido usados por Piqué y su actual pareja, Clara Chía. Su objetivo es evitar cualquier contacto con los objetos usados por la pareja.
Estas demandas han generado controversia en la prensa española, que las ha tachado de exageradas, añadiendo más atención mediática a su compleja separación. Aunque Shakira ha dejado atrás su vida en España, la venta de la mansión sigue siendo un tema pendiente entre ambos.
